Francesc Artigau
Sant Jordi, defensor de la ciutat, 2005
Aguafuerte en 11 colores
Formato de imagen: 39 x 56 cm
Papel: Arches 56 x 76 cm
Edición de 75 ejemplares numerados y firmados
Nº de pedido: 18671
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Sobre la obra:
En los comienzos de su carrera artística la obra pictórica de Francesc Artigau (Barcelona, 1940) se centraba en una visión satírica que bien podría enmarcarse en el pop art. Posteriormente su pintura deriva hacia una interpretación de temas de naturaleza épica, clásica y mitológica, que conforman un mundo de figuras y paisajes anclados en el ámbito de lo mítico y fantástico.
Los grabados Sant Jordi, defensor de la ciutat y Entrada de Don Quijote en Barcelona son dos excelentes manifestaciones de esta tendencia.
En el primero, Artigau condensa diversos elementos míticos, históricos y geográficos muy arraigados en el sentir popular. Junto a la pareja legendaria del caballero y la princesa rescatada percibimos el caballo de blanca pureza y erguido porte, que contrasta con el temible dragón derribado por la lanza del héroe que le atraviesa el ojo. En el trasfondo se elevan las protectoras murallas de la Barcelona antigua y las siluetas montañosas del Montjuic y Montserrat.
Artigau no desvela las fuentes de su interpretación de la leyenda de Sant Jordi. Pueden radicar en el relato del mártir de Capadocia que se enfrentó con la fiera de Libia junto a la princesa Margarita, motivo extensamente representado en la iconografía rusa. También pueden proceder de la interpretación bretona donde se relatan los amores de Saint George con la princesa Sabra, tema que en 1857 plasmó en acuarela el pintor prerrafaelista Dante Gabriel Rosetti.
La minuciosidad de la pintura de Artigau se revela en los detalles del paisaje barcelonés y en la sutileza ornamental del vestido de la princesa. El gorrión que aparece sobre el ala de la fiera derribada sirve como alegoría de la vida que se impone a la fuerza destructora del mal.