Hiroshi Asada
La obra del pintor, dibujante y grabador Hiroshi Asada (Kyoto, Japón, 1936 – 1997) se caracteriza por las delicadas imágenes de nítida precisión y por el misterio que envuelve las composiciones protagonizadas por sencillos y humildes objetos, a veces residuos y vestigios del deterioro y del paso del tiempo.
Los paisajes y bodegones de Asada evocan espacios abandonados que conservan marcas del hombre y huellas de la naturaleza. Son sutiles cartografías plásticas de rastros en la arena, de fascinantes sedimentaciones orgánicas y minerales, de signos del viento y el agua en la tierra reseca y agrietada.
Elementos de apariencia insignificante -como guijarros, plumas de ave, huevos fosilizados, esqueletos, andrajos de tela, hojas y flores marchitas etc.- adquieren enorme protagonismo y plasticidad. Asada, dotado de una extrema sensibilidad y un virtuosismo prodigioso, parece traspasar fronteras de la percepción humana al descubrirnos la magia y belleza de lo oculto e invisible.
Las obras de Hiroshi Asada, fallecido hace veinte años, forman parte de colecciones importantes de Asia y Europa y están presentes en numerosos museos.